¿Qué se necesita para ser un hombre? Parte 1

¡Bienvenido nuevamente al punto de reunión de los caballeros modernos! El día de hoy vamos a reflexionar sobre uno de los temas más importantes que nos conciernen a ti y a mi como caballeros: ¿qué se necesita para ser un hombre? Si eres judío, esta pregunta la tienes más o menos clara, después de realizar satisfactoriamente la ceremonia del bar mitzvah te conviertes en un miembro en pleno de la sociedad. Sin embargo, para el hombre común en México: católico/cristiano, heterosexual y de clase media; no es claro en que momento dejas de ser niño para convertirte en hombre. Por eso, en el artículo de hoy describiremos algunos aspectos que, hasta el día de hoy, han definido lo que es ser un hombre.

El hombre como «Macho Opresor»

El artículo Men, Masculinity, and Manhood Acts publicado en el 2009 define a un hombre como un individuo (generalmente del sexo masculino) que, a través de demostrar ciertas cualidades, en especial aquellas que tienen el efecto de dominar tanto a las mujeres como a otros hombres, obtiene el reconocimiento como un miembro del «grupo de género dominante».

Esta definición tiene muchas características que la hacen interesante de analizar y, en mi opinión, es una descripción muy justa de lo que los hombres hemos hecho hasta el momento. Dicho esto, es difícil tomar en serio esta definición y adoptarla como visión objetiva de lo que es el hombre. Lo que más resalta es que para ser hombre debes ser un maestro en el arte de dominar a otros hombres y, por supuesto, a las mujeres. Esto porque la misión última de los «hombres» es mantenerse como el grupo dominante…

Primero, estarás de acuerdo conmigo en que el objetivo de un hombre no es dominar a los demás (tanto hombres como a mujeres) eso va totalmente en contra del principio de fraternidad que hemos adoptado se Ser un Caballero (Sobre lo cual puedes leer en la página ¿Quiénes somos?). Siendo objetivos, todo sistema de poder busca preservarse a si mismo: por eso los descendientes de la familia real son los que heredan la corona, por eso el león tiene que luchar contra otros para mantenerse como el alfa, por eso los padres buscan darles la mejor educación a sus hijos: para preservar el poder que han adquirido hasta el momento. Por lo tanto, no es particular de los hombres preservar su posición privilegiada y, sin el más mínimo temor a equivocarme, puedo afirmar que cualquier otra clase de individuos trataría de preservar su posición privilegiada.

Segundo, definir al hombre como un individuo que ostenta poder frente a otros individuos, es una definición inconsistente, porque si no puedes dominar a los demás entonces no eres hombre. Es decir, se alcanza la categoría de hombre cuando demuestras una habilidad que no es inherente a todos los hombres. Para explicarlo mejor pensemos en el siguiente ejemplo: supongamos que definimos a una mujer como aquel individuo con la capacidad para reproducirse y dar a luz a otro ser humano. Aunque esta definición se fundamenta en una cualidad característica de las mujeres (los hombres no podemos dar a luz), esta definición condiciona la cualidad de mujer a la habilidad de reproducirse; lo cual, además de misógino, implicaría que aquellas mujeres que no tienen dicha habilidad no pueden ser consideradas como mujeres y entonces son ¿hombres? ¿objetos? De igual manera, un hombre que no domina ¿es una mujer? ¡Ese el problema!

Tercero, como hombre me rehúso a que se me categorice como «macho opresor» sólo por pertenecer al género dominante. Es cierto, hemos ejercido mal el rol, los privilegios y el poder que como hombres hemos adquirido y preservado; no obstante, esto no es una generalidad ni una característica que forme parte de la naturaleza de los hombres. Por otro lado, dos cosas sí que son ciertas: 1) es cierto que el concepto de masculinidad ha estado íntimamente relacionado con el dominio y el poder y 2) que la categoría de hombre ha dependido de la validación de cierta parte de la sociedad (generalmente otros hombres).

La historia del hombre

En su libro THE HISTORY OF MEN: Essays in the History of American and British Masculinities, el Dr. Michael S. Kimmel afirma que, pese a que la historia está escrita por hombres y sus hazañas, no se tiene registro de como los conceptos, experiencias y motivaciones que formaron el carácter de aquellos hombre impactaron en las decisiones que tomaron, las instituciones que crearon y las acciones que implementaron. En otras palabras, a pesar de que la historia habla sobre los hechos de los hombres, poco se sabe sobre el hombre como hombre y las implicaciones de su género. Por esto, en la siguiente parte de esta serie explicaremos un poco sobre porque los hombres desconocemos sobre lo que significa ser hombre y como llegamos a las ideas fundamentales de la masculinidad actual.

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