Ser un caballero: el concepto reformado
¡Bienvenido nuevamente al punto de reunión de los caballeros modernos! Hoy en día, el concepto de ser un caballero es muy polémico y es que cada quién tiene su propia acepción del término ¿es un conjunto de reglas? ¿son costumbres anticuadas? ¿es una forma de micromachismo? La realidad es que no es un término fácil de definir. Por ello, en este artículo me daré a la tarea de exponerte lo que para esta comunidad significa ser un caballero, en un intento por reformar el concepto y regresarlo a su forma original.
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Etimología de la palabra «caballero»
La definición de la RAE más cercana a nuestro concepto de caballero es «Hombre que se comporta con distinción, nobleza y generosidad». Esta idea de un hombre que se comporta con generosidad la heredamos de los británicos y la palabra que utilizan para describirlo es gentleman. Este vocablo se compone de las palabras gentle + man que literalmente significa hombre amable o bondadoso. Así que, para aquellos que no son partidarios de las etiquetas y las clasificaciones, el termino ser un caballero significa literalmente ser un hombre amable.
De hecho, de acuerdo con el siguiente Diccionario Etimológico en Línea, el concepto de ser un caballero (gentleman), en sus orígenes tenía el sentido de un hombre que se comportaba de acuerdo con los ideales del cristianismo. Lamentablemente el término se ha flexibilizado mucho, hasta caer en un en un abuso de la palabra. De modo que vamos a discutir primero lo que NO es ser un caballero, antes de llegar a una descripción más detallada del concepto.
Usos y abusos del término
Hoy en día el concepto se ha flexibilizado hasta el grado en que caballero se utiliza como una forma cortés de referirse a cualquier hombre; lo cual representa un uso descuidado del término. Por otro lado, están aquellos que, equivocadamente, se autodenominan caballeros; como tú bien sabes, un verdadero caballero NUNCA se autoproclama con tal, esa distinción le es otorgada por los demás de acuerdo con su conducta, sus valores y su trato con el prójimo. Otro aspecto es el fundamento: no se es caballero por fin, sino por principio; es decir, si un hombre actúa amablemente con alguien (especialmente si es mujer) con el objetivo de obtener algo a cambio, entonces NO es un caballero. Finalmente, ser un caballero no consiste en seguir reglas o procedimientos, sino en tener los principios y valores adecuados sobre los que conducirás toda tu vida. Para leer más sobre lo que NO es ser un caballero, te recomiendo leer el siguiente artículo: ¿Micromachismo? Lo que NO es ser un caballero.
El concepto reformado de «caballero»
Un caballero, como lo entendemos en esta comunidad, es una distinción que se gana y es otorgada por los demás cuando observan en ti un comportamiento cortés, educado y amable. Por consiguiente, ser un caballero es una forma de ser, un tipo especial de masculinidad (puedes leer más sobre la masculinidad: aquí) que se fundamenta en los principios del amor fraternal, la disciplina y la integridad y no en conjunto de reglas a seguir.
El amor fraternal nos conduce a tener consideración, respeto y cortesía con todos sin excepción y esto sin propósito alguno que la convicción de que es el camino correcto para lograr un mundo en armonía. Por lo tanto, se es caballero con las mujeres, con los niños, con los adultos mayores y, también, con otros hombres. La disciplina, nos conduce a mantenernos en el camino, a pesar de nuestras pasiones, instintos y deseos momentáneos. Por ejemplo, ante una agresión, un caballero debe anteponer lo que es justo a sus deseos de venganza y a sus acciones motivadas por el odio y el dolor. Finalmente, la integridad es necesaria para que la conducta no sea sólo superficial; es decir, la integridad hace que los principios se interioricen y se sigan aún cuando no hay nadie viendo, aún cuando aparentemente no se obtiene nada.
Un caballero en la práctica
Respecto a la parte práctica, considero que la conducta de un caballero se compone de dos partes: la primera contiene valores generales, universales e inmutables como la bondad, la honestidad, la paciencia, la sabiduría, el amor, la justicia, etcétera; y la segunda se compone de conductas o acciones específicas, que pueden depender de un contexto, lugar, tiempo y persona particulares. Por ejemplo, la búsqueda de la sabiduría siempre ha sido y será una característica valiosa que puedes desarrollar; no obstante, ser vegetariano es algo que va más con las convicciones de cada individuo, de modo que si tú comes carne, pero vas a comer con algún vegetariano y sabes que le incomoda que otras personas coman carne, ¡evitar comerla! no por ti, sino por tu prójimo porque no tendrás contienda con esa persona por causa de la carne.
Para concluir, es necesario decir que ser un caballero es una forma de vida que nunca termina y que siempre requiere valor y esfuerzo. Esta claro que todos cometemos errores y que es difícil cumplir con estándares tan altos, pero la marca de un verdadero caballero no es la perfección sino la convicción para no rendirse y luchar contra la corriente de maldad que hay en nuestros corazones y en la sociedad. Ese es el concepto reformado de ser un caballero.
