Caballerosidad

¡Comprobado! No todos los hombres somos iguales

¡Bienvenido nuevamente al punto de reunión de los caballeros modernos! En el artículo de hoy, vamos a profundizar un poco más sobre lo qué significa ser un caballero. A grandes rasgos, un caballero es un hombre con una forma de ser, de actuar y de pensar muy particular y que es diferente de otros “tipos” de hombre o masculinidades. Así, con base en un artículo científico sobre el estudio de los hombres, distinguiremos que no todos los hombres somos iguales y que estos “tipos” de hombre, como el caballero, son formas de masculinidad distintas.

En el artículo de revisión Men, Masculinity and Manhood Acts publicado en el 2009 en el Annual Review of Sociology, se examina la literatura científica relacionada con el estudio del comportamiento de los hombres desde una perspectiva de género. En él, puedes encontrar una discusión muy interesante sobre lo que significa ser un hombre; sin embargo, aquí vamos a retomar sólo algunos puntos que nos serán de utilidad para comprender lo que eres: un caballero.

 

Sexo y Género

 

Primero, debemos distinguir entre dos tipos de seres humanos, los cuales están diseñados con características muy especiales, de modo que puedan ser «ayuda idónea» el uno para el otro (Génesis 2:18). Así, de acuerdo con sus características sexuales, biológicas y reproductivas, un ser humano puede tener sexo masculino o femenino. A medida que un bebé con sexo masculino se desarrolla, atraviesa diferentes etapas y se identifica como un niño, un adolescente, y, finalmente, se identifica como un hombre. De la misma manera, un ser humano con sexo femenino se identifica como niña, como una adolescente y, posteriormente, como mujer. Esto significa que las características biológicas de un ser humano, que lo definen como hombre, son diferentes de las características sociales y de madurez, que hacen que se identifique como un niño o un hombre.

Por ejemplo, un niño es un ser humano con sexo masculino, del que se espera obedezca a sus padres, vaya a la escuela y que necesite de un adulto para su cuidado. En cambio, un hombre es un ser de sexo masculino, del que se espera sea responsable por sus actos, tenga cierto grado de independencia y tenga mayoría de edad.

 

Masculinidad

 

Entonces, para ser identificado como un hombre dentro de la sociedad, no basta sólo con tener la mayoría de edad, sino que es necesario que demuestres ciertas habilidades y características que te acreditan como un miembro dentro de la comunidad de hombres. Las habilidades que se tienen que demostrar varían de acuerdo con el contexto histórico y cultural de la región, y también intervienen factores como la edad, raza y las creencias religiosas. Así pues, un niño judío debe cubrir una serie de requisitos como estudiar hebrero y la torá, participar en un evento de servicio comunitario y haber estudiado en una escuela hebrea (por mencionar algunos) para que, al alcanzar los trece años, pueda realizarse una ceremonia llamada bar mitzvah. En esta ceremonia, el niño judío se convierte en un hombre, un miembro pleno de la comunidad judía, se le considera un adulto responsable por sus actos y se le otorga el derecho a poseer propiedades y a contraer matrimonio.

 

Como puedes ver, la manera de acreditar que eres un miembro pleno de la sociedad (un hombre) difiere considerablemente entre unos casos y otros. A este conjunto de prácticas necesarias para convertirte en un miembro pleno del grupo de hombres se le conoce como masculinidad. De este modo, el artículo científico Men, Masculinity and Manhood Acts señala que diferentes grupos de hombres (los de ascendencia africana, judíos, latinos, etc.) manifiestan diferentes tipos de masculinidades. Estas masculinidades tienen características especiales que las distinguen, pero también características comunes; sin embargo, el trabajo para definir adecuadamente las masculinidades sigue en progreso.

 

Caballerosidad

 

Llegados al punto de las masculinidades, entra en escena la caballerosidad, que es un tipo de masculinidad ejercida por las personas de sexo masculino, que han alcanzado cierta madurez y credibilidad, de modo que son miembros plenos de la sociedad (hombres) y que, además, defienden ideales particulares que los distinguen como caballeros (puedes saber más sobre nuestro concepto de masculinidad en el siguiente enlace: Caballerosidad). Dicho de forma simple, todos los caballeros son hombres, pero no todos los hombres son caballeros (ver diagrama a continuación). Lo anterior también implica que, a pesar de tener características comunes, no todos los hombres actúan igual, ni persiguen los mismos intereses ni defienden los mismos principios; es decir, no todos los hombres somos iguales.

Diagrama de clasificación de la caballerosidad. Fuente: Elaboración propia a partir de <em>Men, Masculinity and Manhood Acts.</em>
Diagrama de clasificación de la caballerosidad. Fuente: Elaboración propia a partir de Men, Masculinity and Manhood Acts.

 

Es importante señalar que, gran parte de los grupos de los hombres han ejercido masculinidades dominantes, opresivas y violentas sobre las mujeres; y esto ha sido así prácticamente desde el inicio de la humanidad. No obstante, hay que distinguir que la lucha es contra esos tipos de masculinidades, no contra los hombres; es contra los actos de lascivia, no contra los hombres; es contra la violencia en todas sus formas, no contra los hombres; es contra la opresión y la degradación de cualquier otro grupo o individuo, no contra los hombres.  Porque cualquiera de los caballeros que leen este blog, los cuales también son hombres, dan de comer al hambriento, ayudan al necesitado, protegen al débil, tratan a las mujeres jóvenes con toda pureza y se rigen por la disciplina, la integridad y el afecto fraternal.

Por lo tanto, caballeros, tengan la certeza de que son especiales, de que no todos los hombres somos iguales, y de que no importa la apariencia física, la raza o la clase social; lo único que se necesita para seguir el camino de un caballero es una fuerte convicción de querer hacer de este un mundo mejor.

Para más información dejo la referencia del artículo consultado:

Schrock, D., & Schwalbe, M. (2009). Men, Masculinity, and Manhood Acts. Annual Review of Sociology, 35, 277–295. https://doi.org/10.1146/annurev-soc-070308-115933

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